José Azcona intentó "distanciarse...de la política de Suazo, caracterizada por...una amplia colaboración con "los servicios de inteligencia y militares de Estados Unidos." "Azcona aseguró desconocer la presencia de los 'Contras' en Honduras, lo cual calificó que esto sería "una violación de la Constitución", y entonces habría que tomar "las medidas necesarias" para "hacer respetar la soberanía" hondureña. Sin embargo, el presidente Azcona "creía absolutamente en la cooperación con la administración de Ronald Reagan en materia de seguridad.
En lo que respecta a la economía, ésta registraba "un crecimiento sustancial, basado en las exportaciones bananeras y cafetaleras.... por otra parte las actividades industriales y del sector de la construcción estaban en franco declive a causa de la penuria de inversiones, los compromisos de la deuda externa, que ascendía a $2.400 millones de dólares y cuyo servicio comprometía una cuota creciente de los ingresos del Estado, y el paro, que afectaba al 25% de la población activa.".
A pesar de los problemas economicos del país fue "la guerra civil nicaragüense y las andanzas de la Contra en Honduras lo que mas absorbió a la administración de Azcona. "En marzo de 1986 del Ejército Popular Sandinista (EPS) incursionó cerca de Las Trojes, con el próposito de destruir lo campamentos 'Contras'. En diciembre de ese mismo año "unidades de los dos ejércitos se enredaron en enfrentamientos terrestres junto a la frontera mientras que la Fuerza Área hondureña, la más potente de Centroamérica... entró en acción bombardeando dos pueblos nicaragüenses."
"De errática e imprecisa puede calificarse la actuación de Azcona con respecto a la Contra, que no sólo era la raíz de los problemas de seguridad externa de Honduras, sino que también alimentaba, por la confluencia de guerrilleros, mercenarios y personajes de todo pelaje, los crecientes problemas de seguridad interna. Estaban en auge las redes del contrabando, el crimen organizado y, en particular, el narcotráfico.
El 5 de abril de 1988, fue secuestrado en Comayagüela, el narcotraficante Ramón Matta Ballesteros por soldados Cobras de las Fuerzas de Seguridad Pública. Matta que se había radicado en Honduras luego de haberse fugado de una cárcel de Colombia fue entregado a miembros de la DEA quienes lo trasladaron a la República Dominicana para interrogarle sobre sus vínculos con el cártel de Medellín y su responsabilidad en el asesinato de su agente,Enrique Camarena Salazar. Luego, Matta fue enviado a los Estados Unidos, allí fue juzgado y condenado a cadena perpetua.
Como resultado de este hecho, simpatizantes de Matta y grupos de estudiantes y campesinos quemaron la embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpaen repudio según algunos observadores por las "injerencias nada sutiles y de supeditaciones a la superpotencia del norte." "Azcona declaró el estado de emergencia, denunció una supuesta conspiración del “narcotráfico internacional” para desestabilizar Honduras, y desmintió que la DEA estuviera involucrada en la peripecia del narcotraficante."
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