Luego de la salida forzada de Álvarez el 31 de marzo de 1984, el presidente Suazo Córdova, previamente opacado por el general, este comenzó a mostrar pistas de convertirse en un caudillo. Aunque la Constitución prohíbe la reelección, Suazo Córdova conspiró para nominar a Óscar Mejía Arellano (hombre de su confianza) para las proximas elecciones. La clave para una potencial victoria de Mejía estaba en la composición de la Corte Suprema de Justicia, que podría (según los términos de la Constitución de 1981) decidir una elección en caso que ningun candidato recibiera la mayoría de votos. En 1985 la Corte Suprema estaba compuesta en su mayoria de partidiarios de Suazo Córdova.
El congreso se dio cuenta de las maniobras de Suazo y removieron del cargo a cinco jueces. Esto generó una crisis entre los tres poderes del estado. Suazo amenazó con declarar estado de emergencia y cerrar el Congreso. La policía militar puso bajo custodia a Ramón Valladares Soto, el nuevo presidente de la Corte Suprema de Justicia y a los otros cuatro jueces.
El 3 de abril de 1985, la asamblea aprobó por 49-29 votación una moción de censura al presidente por sus acciones. En otra acción más calculada para frenar el poder del presidente, la legislatura aprobó un proyecto de ley estableciendo las directrices para las elecciones primarias en los partidos políticos. Suazo veto este proyecto de ley. Durante los primeros días del litigio entre Suazo y el Congreso, el jefe de las Fuerzas Armadas, general López se había declarado neutral en el conflicto. Como los acontecimientos se comenzaron a degenerar, las fuerzas armadas convocaron a negociaciones directas entre representantes del ejecutivo y el legislativo. El 21 de abril se produjo un acuerdo, los líderes del Congreso anularon el despido de los cinco jueces y dejaron de insistir en su demanda por elecciones primarias.
En un arreglo complicado, se acordó que los candidatos de todas las facciones políticas podrían postularse a la presidencia. El ganador de las elecciónes sería el candidato con mas votos dentro de un mismo partido. Esta disposición ignoró la disposición de la Constitución que indica que el presidente debe ser el candidato que obtenga la mayoría simple de los votos. La campaña presidencial enfrentó a los liberales, Mejía Arellano y José Azcona en contra del nacionalista, Rafael Leonardo Callejas. Mejía Arellano y José Azcona se atacaron entre sí aun mas, que al mismo Callejas, candidato de la oposición. Esta división produjo que Callejas Romero obtuviese 44% de los votos contra 30% de Azcona. Pero debido a que el Partido Liberal en un total combinado con los votos recibidos por Mejia Arellano llevó a Azcona a sumar 54% del total de los votos. Callejas presentó una protesta pero no paso a mas y así Azcona se quedó con la presidencia.
José Azcona fue inaugurado el 27 de enero de 1986, en su discurso inaugural, el nuevo presidente señaló los muchos problemas sociales que afectaban al pais, y dijo que "no hay fórmulas mágicas" para resolverlos. También destacó la creciente deuda nacional y se comprometió a cumplir con las políticas exteriores guiadas por el principio de no intervención. Para Azcona, las perspectivas de una presidencia exitosa parecían débil en parte porque su partido en el congreso se encontraba dividido y porque la crisis en América Central todavía continuaba, presentando una perspectiva desalentadora para cualquier líder hondureño.
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